jueves, 6 de diciembre de 2018

Resumen de lo aprendido en el curso

Llegamos al final del curso. Fueron dos meses de trabajo bastante intenso y de muchísimo aprendizaje, no solo referido a la acción tutorial en un entorno virtual sino también, al menos para mi, de muchísimas herramientas que no conocía y me encantaron. Desde dinamizadores de clase como , pasando por organizadores de contendidos como hasta herramientas para hacer presentaciones o infografías como .

Cada vez que realizo algún curso me maravilla la implicación y generosidad de las personas que participan en él. Gracias a los compañeros y los tutores es que tengo la posibilidad llevarme muchísimos recursos, además de muy buenas ideas de cómo aplicarlos en el aula. Los cursos en línea, en este sentido, aportan la ventaja de que la comunicación es por escrito, por lo que se puede volver a ella todas las veces que sea necesario y al ritmo de cada uno.

Voy a hacer un breve repaso de los contenidos del curso, empezando por resumir las funciones de un tutor.


Las funciones del tutor


ULLmedia - Universidad de La Laguna - Licencia estándar de Youtube

En esta entrada estuve reflexionando sobre las características que me parecía tenía que tener un tutor en línea a partir de lo que aprendí de los materiales del curso, de material publicado en internet (por ejemplo Elearning actual, Palabra Maestra, La profe Besso en la nube), de artículos (como este  o este otro) y de la experiencia, tanto de la transmitida por el hacer de mi tutora como de la experimentada por mi misma en los casos prácticos planteados en el curso. Esta reflexión se centraba más en la comunicación del tutor con los alumnos. Pero hay otros aspectos que un tutor en línea tiene que atender, relacionados con la gestión del curso y la interacción con otros tutores y con el asesor.
A modo de resumen:



El tutor también tiene que conocer los distintos perfiles de las personas que participan en el aula virtual:
En suma, la función del tutor involucra aspectos pedagógicos, técnicos y de gestión.


La comunicación en el aula virtual

La comunicación es el medio que permite la construcción del conocimiento (La comunicación en ambientes virtuales de aprendizaje), de ahí su importancia no solo en el aula virtual. Establecer una buena comunicación en el entrono virtual tiene sus inconvenientes (mis reflexiones al respecto se pueden leer aquí) y es todo un reto para el tutor en línea. Implica un adecuado dominio de las competencias comunicativas básicas, como es ofrecer información y explicaciones comprensibles y bien organizadas y manejo adecuado del lenguaje teniendo en cuenta los factores socioafectivos que favorecen un clima de comunicación distendida y eficaz (Claves de comunicación eficaz)




Así, no solo hay que tener domino sobre lo que se comunica, sino que también se deben conocer cuáles son los canales de comunicación de los que se dispone, tanto para contactar con los alumnos como con el asesor/coordinador del curso y demás compañeros tutores (foros, mensajería interna, correo electrónico o teléfono). También es importante que dejemos claro a los alumnos las circunstancias y situaciones en las que se hará del uso de cada uno de estos canales.

También forma parte del proceso de comunicación el saber cómo y cuándo actuar con los alumnos rezagados. Es importante tener claro los plazos y protocolos establecidos para proceder en estos casos: hay que ponerse en contacto con el alumno mediante mensajería interna para recabar información de posibles problemas surgidos y ponerlo sobre aviso de la posible baja del curso si no se cumplen los plazos establecidos. A eso hay que agregar que el tutor debe llevar a cabo el cambio de fechas de entrega de las tareas vencidas, siempre y cuando la persona haya justificado adecuadamente el retraso.

Y para finalizar, un breve resumen de lo que he aprendido sobre la comunicación en el aula virtual:



La evaluación

"Evaluar es medir los logros adquiridos por los aprendices y valorar las competencias y habilidades desarrolladas" (e-Evaluación en entornos virtuales). 



Diplomas UCC - Licencia estándar de Youtube

En una entrada anterior escribí sobre este tema: mi percepción de las diferencias con la evaluación presencial, las herramientas para llevar a cabo la calificación en entornos virtuales y, por supuesto, qué se quiere evaluar y cómo.
El aula virtual permite plantearse distintas formas realizar la evaluación: participación en foros, realización y entrega de trabajos (infografías, videos, presentaciones), portafolios. En este sentido, es interesante el análisis que se hace en esta entrada sobre los criterios de evaluación. Un análisis de este tipo permite hacer un diseño adecuado de los instrumentos de evaluación que se quieran usar.

Un elemento a destacar en la evaluación, sobre todo en entornos virtuales, es la retroalimentación ya que es una fuente de motivación muy potente. Esta tiene que estar planteada en positivo, realizando sugerencias que ayuden a resolver los problemas, valorando el esfuerzo realizado. Un aspecto a que tener en cuenta es que esto conlleva, por parte del tutor, mucho tiempo, energía y compromiso. Un feedback adecuado requiere, por parte del tutor, habilidades comunicativas, dominar el contenido teórico impartido, tener conocimientos técnicos básicos (de la plataforma y las herramientas utilizadas en el curso) y cumplir con los plazos establecidos.(Retroalimentación en educación en línea)

En el curso hemos tenido ocasión de evaluar y realizar comentarios a tareas en dos circunstancias diferentes, una con alumnos ficticios y otra con los compañeros del curso.Esta última la llevamos a cabo en el taller de Moodle que realizamos. En ambos casos, pero principalmente en el segundo, me enfrenté a la dificultad de transmitir lo que no estaba correctamente hecho procurando siempre ser constructiva. A diferencia de la evaluación presencial, uno no puede saber de forma inmediata el efecto que un comentario poco adecuado o poco claro puede tener en el alumno.

El trabajo colaborativo

"El aprendizaje que busca aprovechar al máximo el intercambio de conocimientos entre estudiantes, propiciando el desarrollo de habilidades mixtas (aprendizaje y desarrollo personal y social), de manera que cada uno de ellos pueda potenciar sus capacidades, responsabilizándose de su propio aprendizaje, así como del de los restantes miembros del grupo." (e-Learning y el aprendizaje colaborativo).

En esta entrada escribí mis impresiones sobre el tema del trabajo colaborativo a partir de la experiencia llevada a cabo en el curso. También los pros y los contras detectados durante el proceso. No hay duda, sin embargo, que el aprendizaje colaborativo presenta muchísimas ventajas y que el entorno virtual favorece este tipo de trabajo.por la flexibilidad que aporta y la diversidad de herramientas disponibles para llevarlo a cabo.




Eso sí, para que el aprendizaje colaborativo sea efectivo hace falta compromiso y responsabilidad por parte de los miembros que lo componen y, por supuesto, también es importante la figura del tutor: para resolver dudas, ayudar a que el grupo funcione estimulando la interacción y la participación de todos, guiarlos en la resolución de conflictos, en la toma de decisiones y, por supuesto, en la fase de evaluación del trabajo realizado, que deberá ser valorado de forma colectiva.

Conclusiones finales:

La verdad es que es un curso que requiere mucho trabajo y esfuerzo. Creo que es el curso en el que he invertido más horas para su realización. 
Me sirvió para ser consciente del trabajo que puede implicar ser tutor en línea. También sobre las saberes, habilidades y destrezas con las que hay que contar. Me parece importantísimo tener un buen dominio y conocimiento de herramientas técnicas, no solo para resolver dudas sino también para poder hacer sugerencias a loa alumnos.Y es un conveniente haber realizado cursos en línea como alumno para conocer los problemas a los que se pueden enfrentar las personas de las que seamos tutores.

Por último una recomendación: hay que disponer de equipos adecuados para no perder infinito tiempo. Esta última entrada, en la que tenía que tener varias páginas del navegador abiertas y en las que estaba generando material con alguna de las herramientas propuestas, se volvió una pesadilla. El ordenar se colgaba, no respondía, tuve que reiniciarlo varias veces, se me borró material ya preparado, ... en fin, necesitaba contarlo.



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sábado, 1 de diciembre de 2018

Taller en Moodle: crear una ayuda


Mi experiencia haciendo una ayuda para "El Calificador" de Moodle


La tarea que se nos encomendó consistía en hacer una ayuda para explicar cómo acceder, interpretar y obtener información de las calificaciones en Moodle. En principio es una ayuda relativamente simple ya que El calificador no es muy complicado de entender y es muy fácil acceder a él. La idea era plantear la ayuda de una manera clara y amena, utilizando diversas herramientas, para que no se limitara a ser solo un texto a leer.
Tal vez lo más didáctico hubiese sido grabar la pantalla mientras se va explicando en voz alta los pasos que hay que seguir para entrar y, una vez dentro, para ver las calificaciones y los comentarios del tutor.
Algo medio terrible para mi. ¡No soporto escucharme!


Es más fuerte que yo. Ya me había pasado con el video de presentación. Así que decidí hacer la ayuda sin hablar. ¿Qué usar? La misma idea pero con carteles para leer en lugar de hablar. La verdad es que me resultó más trabajoso que si hubiese ido relatando lo que aparecía en la pantalla. Primero grabé la pantalla con el guión hablado. Después tuve que reconstruir con viñetas y carteles lo que había que decir en cada secuencia. De todas formas disfruté mucho haciéndolo, me permitió indagar más en los editores de videos y todas las posibilidades que ofrecen.

Este es el resultado:


Diseñar esta ayuda como alumna de un curso no es lo mismo que como tutora y responsable del mismo, al menos para mi. Como alumna, pesa el hecho de que vamos a ser evaluados por el resultado. Posiblemente si no hubiese estado la evaluación de por medio, me hubiese decantado por una ayuda más "austera", basada en capturas de pantalla. Será que me cuesta mucho asumir simultáneamente dos papeles un poco antagónicos. Cuando me pongo en el papel de tutora, adquiero una seguridad férrea que contrasta con la esa inseguridad que me genera el que vaya a ser evaluada, siempre con esa sensación de que podría haberlo hecho mejor, de no quedarme del todo conforme con el resultado final. Cuando estoy frente a la clase, se exactamente qué hacer y cómo hacerlo. Y no es que no haya lugar para la mejora. Reconozco cuando las cosas no fueron del todo bien y trato de enmendarlo para la siguiente vez. Por eso sentí a esta tarea un poco como una "tarea trampa" 😏


Mi experiencia corrigiendo la ayuda preparada por otros compañeros


Otro aspecto complicado de esta tarea. Hay decisiones que podría tomar como tutora y no como compañera. Por ejemplo, evaluar la tarea de forma que quede suspensa o a revisar. Puede ser que no me guste el resultado final y que como tutora lo hubiese puntuado más bajo, pero a un compañero creo que jamás podría hacérselo. Al menos sí intenté transmitirle lo que me parecía que podía ser útil para mejorar su trabajo. Otra vez aparece mi seguridad como tutora frente a mi inseguridad como alumna.

¿Por qué esta disyuntiva si somos la misma persona?
  • La evaluación docente/alumnos introduce una suerte de jerarquía que facilita comunicar las deficiencias que se detectan en la realización de una tarea. Uno es "el experto" y el otro el que está aprendiendo, el que mejora con nuestras indicaciones.
  • La evaluación entre iguales nos despoja de la calidad de "experto". Es mi visión frente a la suya, en igualdad de condiciones. Los dos estamos aprendiendo y yo puedo ser la equivocada. Al fin de cuentas, yo tampoco tengo conocimiento suficiente (que me podría dar seguridad) sobre el tema.
Definitivamente, no disfruté mucho de esta parte de la tarea. 




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lunes, 26 de noviembre de 2018

El trabajo colaborativo en el aula virtual

                 ¡Me encantó
       la actividad del          

         trabajo  
         colaborativo!

                                         via GIPHY


Y el contexto del aula virtual me parece perfecto para este tipo de tareas. Trabajamos "juntos pero no revueltos". Eso permitió que cada uno tuviera sus tiempos, tanto para generar ideas como para materializarlas en un escrito. También evita el problema de tener que reunirse. Ya se sabe lo difícil que es coordinar a varias personas para que concurran en un mismo tiempo y lugar. Para los que pensamos lento es un buen formato, sin el agobio de la respuesta inmediata.Y para las personas inseguras, el trabajo colaborativo creo que puede ser es ese andamiaje que permite sacar lo mejor de uno, el motor que pone en marcha lo que muchas veces la inseguridad paraliza.

Así hemos trabajado: en el foro del grupo intercambiamos ideas sobre cómo abordar cada caso planteado. Cuando hubo un consenso, se recogió en un documento editable por todos (en nuestro caso, utilizamos Google Docs). Se fue puliendo el escrito original con los aportes de cada miembro del equipo hasta que todos estuvimos conforme con el resultado. 

Trabajar en el aula virtual también tiene sus inconvenientes. Un resumen de los que a mi entender son los pros y los contras del trabajo colaborativo en este formato:




El tutor en el trabajo colaborativo

Aunque me parezca increíble, no fue hasta este actividad que me había parado a pensar en que el trabajo cooperativo y el colaborativo no son la misma cosa. Es verdad que uno muchas veces abusa de lenguaje y utiliza un término que no se corresponde exactamente con lo que quería decir. 
Partiendo de que el planteamiento del trabajo es distinto, es conveniente analizar a quiénes va dirigido cada uno de ellos. También la función del tutor es diferente en un aprendizaje que en el otro. El trabajo colaborativo, al ser menos pautado, es preferible para niveles de educación superior como, por ejemplo, la formación del profesorado. El trabajo cooperativo es más adecuado para niveles como primaria o secundaria, ya que está más dirigido. Por eso, en el aprendizaje colaborativo, el tutor es principalmente un dinamizador del trabajo, interviniendo solo para para fomentar la participación o, en algún caso, ayudar a resolver conflictos dentro del grupo (ver Aprendizaje Cooperativo vs Aprendizaje Colaborativo). 
Una vez más, el aula virtual vuelve a ser un contexto perfecto para que los tutores puedan desarrollar su tarea de forma más efectiva, ya que "las conversaciones" entre los miembros de un grupo quedan escritas y se puede tener acceso a ellas en cualquier momento. El tutor puede "presenciar" las discusiones de todos sus grupos. Consiguen algo casi imposible en un aula convencional, volverse omnipresentes 😊

Aquí un breve resumen de cuál fue nuestro papel como tutores en los casos que se nos plantearon:






Conclusión: disfruté mucho de esta tarea y me hizo revalorizar el trabajo en equipo, ya sea como alumna o como tutora.


En la siguiente entrada contaré mi experiencia en el taller de "Elaboración de una ayuda".



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jueves, 8 de noviembre de 2018

Reflexiones de una aprendiz de tutora en línea

Hace unos diez días empecé el curso en línea "Tutorización de cursos online del CRIF Las Acacia".
Antes de comenzar el curso creí que este iba a estar más centrado en aspectos técnicos como, por ejemplo, profundizar en el funcionamiento y manejo de Moodle (la plataforma del aula virtual que utilizamos). Aquí un enlace por si te da curiosidad y quieres conocerla:



Yo ya había trabajado con Moodle en la Universidad Europea de Madrid y en el IES Alpedrete (que es un instituto tecnológico y al que le tengo muchísimo cariño 💗). Tal vez eso me llevó a pensar, erróneamente, que sabía algo sobre tutoría online y que, precisamente, la tutoría online tenía más que ver con la organización de los temas a tratar durante el curso, saber subirlos a la plataforma, saber poner tareas y calificarlas, el tener cierta habilidad en el manejo de la herramienta para calificar ("el calificador") o, incluso, el saber integrar en la plataforma herramientas como Wiris o GeoGebra.

¡Nada más lejos de la realidad!

El tutor en línea

Para ser tutor en línea hay que aprender a comunicarse sin contar con el recurso de la comunicación no verbal, algo fundamental para contextualizar el mensaje. Todo lo que se quiera transmitir hay que hacerlo con palabras escritas y emoticonos, que por suerte alguien tuvo la genial idea de inventarlos 👍😅😉.

Esta parte me está resultando especialmente difícil. Escribir un mensaje, una respuesta o un comentario a una tarea es un poco como actuar. En el escenario hay que exagerar los gestos para que se vean, hablar más alto para que se escuche. El tutor virtual debe "exagerar" los halagos (y no es que no sean verdaderos y sentidos) y "amplificar" el entusiasmo para así animar y motivar a los alumnos. Y todo esto sin perder el rigor académico en la respuesta. Hay que tener en cuenta que, en el aprendizaje en línea, los tiempos los marca mayoritariamente el alumno. Los únicos límites preestablecidos son las fechas de entrega de las tareas. Es muy fácil despistarse, que las tareas se acumulen para un período corto de tiempo (cuando se esté acercando la fecha de final de entrega) y que eso termine agobiando al alumno y provoque el abandono del curso. En el solitario contexto del alumno virtual, el tutor se convierte en una importante fuente de Motivación externa. Es verdad que no es la única. La interacción con el resto de los compañeros, principalmente a través de los foros, constituye también un aspecto destacado, no solo de la motivación sino también del aprendizaje.
Hay que ser multitarea: responder dudas, o bien preparando, o bien buscando materiales para aclarar ideas o dar sugerencias para la resolución del problema, responder correos, corregir tareas, estar pendiente de los que aún no han entregado alguna actividad (y está próxima la fecha de finalización del plazo de entrega), de los rezagados (para que no abandonen el curso)...Todo eso implica mucho tiempo y energía. Creo que este curso me está haciendo valorar aún más, si cabe, a los tutores que he tenido y tengo. Y a ser más consciente de la dificultad y compromiso que esta tarea conlleva.



La evaluación en línea

Entre las funciones del tutor, además de acompañar y guiar en el proceso de aprendizaje, está la de Evaluar. En el aula uno puede ver, oir, conocer a la persona a la que se tiene que evaluar. No se evalúa solo una tarea bien o mal realizada, que puede ayudarnos a saber lo que se aprendió o no de un determinado tema, sino globalmente el proceso de aprendizaje. Vemos o percibimos la evolución, el esfuerzo, los límites de las personas. La evaluación de un curso virtual no tiene todos estos componentes o por lo menos son más difíciles de detectar, entre otras cosas porque suelen llevarse a cabo en un período de tiempo no muy extenso. Podríamos decir que no tiene a su disposición lo cotidiano, la respuesta o reacción inmediata. Por eso creo que son muy útiles los métodos más habituales que se usan para evaluar en el aula virtual: las escalas (no superado/revisar/superado) y, sobre todo, las rúbricas.


Ambas me parecen herramientas objetivas y claras. Por un lado, la persona que va a ser evaluada conoce exactamente los criterios que se utilizarán para su evaluación. Eso ayudan a clarificar el objetivo de la tarea a realizar y a hacer más nítido su sentido. Por otro lado, el docente que evalúa puede llevarlo a cabo en términos, digamos, más asépticos, sin una interferencia emocional. Y, precisamente por eso, vuelven a tomar protagonismo los comentarios a las tareas (la retroalimentación) ya que ayudan a focalizar mejor los aspectos a mejorar y aportan esa cercanía y calidez necesaria para alimentar la motivación. De ahí la importancia no solo de qué se comunica, sino también de cómo se hace. 
Por supuesto que, para que el tutor pueda llevar a cabo una evaluación adecuada, tiene que contar con los instrumentos apropiados: tareas y rúbricas bien diseñadas y adecuación de los tiempos y los materiales para la realización las actividades. Para eso, hay que tener claro qué se quiere evaluar y cómo hacerlo.




Conclusiones

El curso me está permitiendo no solo aprender las herramientas para ser un buen tutor en línea, sino que me está haciendo reflexionar sobre mi función como docente en general, sobre la importancia de la comunicación (no solo de conocimientos) y de cómo se lleva a cabo para que se convierta en motor motivador del aprendizaje. Sin lugar a dudas, entre las cualidades de un buen tutor en línea deben estar la empatía y la asertividad. Este es, para mí, el mayor reto.



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